sábado, 23 de mayo de 2009

Para que no se duerman mis sentidos



















1 - UNA TARDE DE SOL



Que pena no ser ave de paso,
ni derrota de carta marina.
Que dulce ser el trapo blanco henchido
al viento del velero que alegre se encabrita.
Que lento ser ciprés viviendo erguido al cielo
y saber que todo en este mundo necesita su tiempo.
Que pena no ser ave de paso
ni proa que acuchilla siete mares.
O relumbre del zarcillo de bella muchacha
que descalza baila por los parques.

Busco en el ruido de las plazas.
Busco en las calles de ciudades que ya no conozco.
Busco el aroma de mujeres que pasan
a sus cosas, a su lucha, a la tarea que les toca.

Guardo una tarde de sol
una tarde de sol por si hace falta,
ese es un tesoro que nadie podrá arrebatarme.
Guardo la mirada risueña de alguna muchacha.
Guardo en un bolsillo el color de la piel de una naranja.

Mejor pluma del ala de un perro que pasar los días esperando ahumar el avispero de la mente, que se dispersen la desidia con sus sombras.

Que pena no ser ave de paso o arrecife sobre barra de corales. Al alba pálida ave de paso que flota sobre espumosos mares. O destello de un pez de hoja de lata flor de agua, que reluce y baila en los estanques.

Te busco entre la gente de las plazas.
Te busco en las calles de ciudades que ya no recuerdas.
Te busco en el perfume de mujeres que pasan, en los silencios que crecen cuando ellas no hablan.

Te guardo una tarde de sol por si la quieres.
Ese es un tesoro que nadie podrá arrebatarte.
Te guardo una mirada risueña que nada pretende.
Te guardo en un bolsillo el calor de mi piel por si vinieses.



2 - PARA QUE NO SE DUERMAN MIS SENTIDOS






Háblame en la hora calma de la media noche.
Háblame para que no se duerman mis sentidos, háblame.
De lejanas tierras donde el único dios sea el sol.
Donde se vive al rumor de las hojas del sicómoro mecidas de brisa y calor.
Cuéntame fracasos, vida, rumbos de pintores locos.
Háblame de la calima de las noches cuando tu amante de amantes huyó.

De Cartago a las puertas de Roma o de la Sevilla mora.
De claveles de revolución.
De las vueltas que da la tuerca.
De los amores que son prisión.

Va y viene mi alma de esponja.
Viene y va si tú me hablas.
Si tú me cuentas cosas.

Barquera, monte montera.

Viene y va mi alma viajera.
Linda zagala, si me quisieras...
Va y viene linda barquera,
si tú me miras de esa manera.

Háblame en la hora calma de la media noche.
Háblame para que no se duerman mis sentidos, háblame.

De Cádiz fenicia, de la Córdoba que abrigaba su mezquita.
De Chagall o de los poetas andaluces del destierro.
De porqué claveles para una revolución.
De las vueltas que da la tuerca.
De los amores que son prisión.

Va y viene mi alma de esponja.
Viene y va si tú me hablas,
si tú me cuentas cosas.

Va y viene mi alma guerrera.
Viene y va si tú me hablas,
si tú endulzas la espera.

Barquera, monte montera

Viene y va mi alma viajera
Linda zagala, si me quisieras..
Va y viene linda barquera,
si me sonríes de esa manera.

Barquera, monte montera.
Barquera, monte montera.

















3 - SOBRE TUS PASOS

Buscar una isla de orilla esmeralda y adormecerse.
Desnudo cuerpo, serena mente.
Buscar una isla de orilla esmeralda.

Quién pudiera quién supiera besar el desaliento.
Despedirlo con gesto de homérico viajero,
buscar declives y curvas y sembrarlas
de pálidos reflejos, de pálidos reflejos.
De pálidos reflejos.
Volveré sobre mis pasos, sobre tus pasos, padre.
Volveré sobre mis pasos, que serán tus pasos, madre.
A un universo de olas, a un universo de mares, de trigo y olivos.

Buscar una orilla de isla esmeralda y adormecernos.
Soleados días, dulces inviernos.
Buscar un paraje desnudo, desierto.

Quién pudiera, quién supiera sembrar el desconcierto.
Despedirse con gesto de homérico viajero.
Buscar declives, resguardo, sotavento y pálidos reflejos, y pálidos reflejos y pálidos reflejos.

Volveré sobre mis pasos, sobre tus pasos, padre.
Volveré sobre mis pasos, que serán tus pasos, madre.

Volveré a abrir el cajón de la memoria donde se guardan ordenadas las limpias reservas, volveré sobre tus días confusa y amada historia

Volveré sobre mis pasos, sobre tus pasos padre.
Volveré sobre mis pasos, que serán tus pasos madre.
A un universo de olas.
A un universo de mares, de trigo y olivos.


4 - MALVA




Malva, te quise tanto.
Malva, que da risa el pensarlo.
Malva, de amor lloré tanto que podría caber en un saco de gatos.
Mis sueños son palomas mensajeras que se pierden entre las antenas, sobre la ciudad, y no vuelven jamás.
O regresan con una rama de olivo en el pico y se quedan a esperar, junto a algún portal.

Tus sueños son redes de pescador.
Cortinas sobre puertas encaladas con un ribete azul, (como tus ojeras).

Malva, por ellas supe.
Malva, que te estaba perdiendo.
Malva, te tuve tanto que podría caber en un saco lleno de gatos.

Los años que pasan sin ti son cerezas de un cesto tejido de helechos.
Gorriones intrusos en un nido ajeno.
Y mi andar es ya tan lento, que solo te siento muy de vez en cuando, un instante, en el vértigo de alguna canción.

Y sueño con redes de pescador.
Cortinas sobre puertas encaladas con un ribete azul que son tus ojeras.

Malva, por ellas supe.
Malva, que te estaba perdiendo.
Malva, te tuve tanto que podría caber en un saco de gatos.

Los años que pasan sin ti, son cerezas de un cesto tejido de helechos, gorriones intrusos en un nido ajeno.
Y mi andar es tan lento que solo te siento muy de vez en cuando, un instante en el vértigo de alguna canción.

Y sueño con redes de pescador.
Cortinas sobre puertas encaladas con un ribete azul que son tus ojeras.

Malva, por ellas supe.
Malva, que te estaba perdiendo.
Malva, te tuve tanto que podría caber en un saco de gatos.

Malva. Te lloré como para rebasar mares.
Como para reflotar naves que serán sólo astillas que descubrirán buscadores de pecios tierra adentro.

En otras vidas, otros mundos vestidos de siglos,
vestidos de asfalto sobre lechos marinos, sobre caracolas, fósiles y estelas en el siempre y en el nunca de nuestro firmamento.

Malva, por ti lloré tanto que podría llenar un cestillo de esparto.


5 - NIÑA CANDELA





Con un vestido de papelillo de filigrana, festoneado de farolillos de falsa plata, te ví bailando zorongo (punta, tacón), comiendo almendras, con la mirada ausente, prendida de las estrellas.

¿Qué turba tu paz? ¿Qué rompe tu armonía? Que quiero alegrar tu noche con esta simple fantasía.

Niña Candela, panal de abejas, que quiero velas del humo dulce que tenue se dibuje en tus cejas.

Volar contigo sobre las calles, monte Carmelo, como herrerillos que nunca se han de posar en el suelo.

En esta noche de brisa suave que mayo amansa, la orquesta arranca sonar fanfarria y alegre parla.

Te veo bailando Candela. Volando vas prendido el talle, con la mirada en llamas, colgada del aspirante.

Se alumbra tu faz, revive, lustra, enciende.
Él puede pirrar tu noche, que con cuidados la flor florece.

Niña Candela, frontil de avispas, que quiero velas del humo dulce que tenue redibuje tus esquinas.

Volar contigo sobre las calles, barrio Carmelo, de abejarugos que nunca habrán de cesar en su vuelo.



6 - SÓLO UN POCO

Los ojos son ventanas, portales, lagrimales de un vagar terreno.

Guiños tiernos de animal herido, lotos frescos en párpados abiertos.

Todos somos hijos del vaivén. Cazador cazado, cálido gemido.
Heraldos dormidos de un trémulo roce, barrera en el sonido, pájaros sin norte.

La risa es el torrente que cuando cae alto reverbera el alma.
Cola de cometa en risa que arrebola, que te dispersa eterno por instantes.

Todos somos hijos del vaivén. Cazador cazado, cálido gemido.
Ventanas abiertas al relente de la noche, centros de universos, muñecos de resortes.
Si es que sincero he de ser y me escucháis, os lo contaré que hoy me siento un poco solo. Sólo un poco.

Si he de ser sincero, hoy me siento un poco solo. Sólo un poco.

Y hay tantos hoy en un instante. Y hay tantos hoy en un instante…

Un pasado roto no es nada. Al final te das cuenta de que nunca estuvo entero del todo.

Tú sabes de los vaivenes del ánimo, de lo deprisa que pasan los años, del reptar de las obligaciones, de lo poco que duran los momentos brillantes.

Todos somos hijos del vaivén. Cazador cazado. Cálido gemido.
Heraldos dormidos de un trémulo roce, barrera en el sonido, pájaros sin norte.

Si es que sincero he de ser te contaré que hoy me siento un poco solo. Sólo un poco. Si he de ser sincero. Hoy me siento un poco solo. Sólo un poco.

Tú sabes que los días apenas nos dan para un vivir apresurado.

Tú sabes que tuvimos alas, que el presente ya es pasado.
Que se puede acampar al pie de las montañas y hacer un fuego blanco junto a un lago.



7 - EN UNA PLAYA CALMA




Como el hombre de los hielos acechando en la negrura de un bosque de coníferas sentí, no sé por qué, congoja y soledad aquella mañana de tormenta. Aquella mañana de tormenta.

Miraba cuadros que eran puertas cerradas, recostado en un diván de hotel de una ciudad del sur, no sé en qué año. Quizá en el noventa.

Conmigo mismo, a solas, y sin saber darme descanso.

Si hubiera podido echar ancla a resguardo de alguna playa calma.
En un florecer de inviernos lejos del mar abierto, varado de espaldas al alma...

Más fue tan raudo el vuelo, tan cambiante el señuelo, tan rápida la batalla, tan rápida la batalla...

Salió el sol y fue peor. Un viento negro arremolinando las adelfas cuajaba mi ánimo espacial y me lanzaba a navegar entre aerolitos a través del ventanal con cortinajes. A través del ventanal.

Como un hombre de los hielos (un rudimentario arco y cuatro flechas) alentado por la inexplicable tentación de la existencia.

Volvió a encapotarse el cielo. Como la vida. Luz, penumbra, luz. Conmigo mismo, a solas y sin saber darme descanso.

Si hubiera podido echar ancla a resguardo de alguna playa calma.
En un florecer de inviernos lejos del mar abierto, varado de espaldas al alma...
Más fue tan raudo el vuelo, tan cambiante el señuelo, tan rápida la batalla, tan rápida la batalla...

En la linde del bosque recostado en mi melancolía instalado como para siempre.

Y a lo lejos la llanura amarilla iluminada por un escueto sol de invernadero.

Sobre el asfalto, el estrépito de la ciudad latiendo. Sobre el asfalto escuchaba, hipnótica, tu voz diciendo: no sigas sufriendo.



8 - FRAGUA DE LOS CUATRO VIENTOS




Fragua de los cuatro vientos, donde los celos forjabas, para avivar mis desvelos, ascuas, tizones, brasas.

Que por ti pené tanto que en la pena perdido, por el miedo a perderte perdí lo conseguido.

Ya no quiero tenerte que no se tiene nada, ni el reflejo en el agua, ni el reflejo en el agua de la malcarada.

Fragua del herrero viejo, el del mandil del buen cuero, donde remachan los hombres sus penas al vivo fuego.

Fragua de las cuatro botas, de los cuatro caballeros, donde remiendan los hombres la herida de los adentros.

Que por ti pené tanto que en la pena perdido, por el miedo a perderte perdí lo conseguido.

Que no me harás otra ni ningún desplante, donde quieras irte allá Dios te ampare.

Ya no quiero tenerte que no se tiene nada, ni el reflejo en el agua, ni el reflejo en el agua de la malcarada.
Y ahora cántame gitana, carita de limo fresco, por si en tu risa encontrara consuelo o lindo arabesco.




9 - SERENA BARCA




Fue en un Carnaval, Cádiz de la chirigota, de manos que buscan el amor en gotas de mistela.

Sobre las caderas de la noche marinera al titilante brillo del vals del oleaje.

En la ensenada azul donde mi amada espera. Que amurada a la espuma de gozo reverbera.

Serena barca en la que rema mi reina, reina de mares de las finas dagas.
Serena barca en la que reina mi amada. Que brilla Cádiz...De mimbre y damajuanas. Serena barca.

Fue en un carnaval de ese Cádiz chico, azar de siemprevivas, espejo de alondras en sus cielos y patria, ese lugar donde el espíritu apacenta entre sueños engarzados en fenicias anclas, o pueblos marineros.
O en un paisaje azul de pájaros y oteros.

Serena barca en la que rema mi amada, reina de mares de las finas dagas.

Serena barca en la que reina mi amada. Santa María, puerto de lindas damas.

Serena barca en la que rema mi amada, reina de mares de las finas dagas.




10 - VIVE EN MI UN RECUERDO




Vive en mí un recuerdo que a veces despierta cuando duermo.

Con su olor a selva me envuelve, me trae el gorgojeo del agua de sus fuentes.

Vive en mi un recuerdo.
Vive en mí tu recuerdo, de mí se alimenta, está en mí y me alienta en los aciagos días en los que no camino.

De sus rocas, de sus sendas ocultas, de sus calares en los umbrales del mundo, vive en mí tu recuerdo.

Rumor vago apenas. Bruma de cualquier tiempo que nieva, que calienta mi ser entumecido.

Rumor vago apenas, en el invierno tan temido de algunos veranos. Rumor vago apenas, bruma de cualquier tiempo.

Vive en mí un recuerdo, relumbra en los hocicos de las bestias que calman su sed junto a mi antigua sed, en mi sueño de verdes acequias. Mora en mí un recuerdo.

Como estandartes que a tu viento vuelan y son medias lunas desiertas, níveas, en hondonadas de agua que reflejan el paso de mesnadas moras que cabalgan caballos que nunca cesan y son sin tiempo. Libres al perfil de la mañana. Fieros, salvajes y eternos.

Ese es en mí tu recuerdo:
Rumor vago apenas, bruma de cualquier tiempo que hiela, que calienta mi ser entumecido.
Dolor raro apenas en el infierno tan temido de algunos veranos.
Rumor vago apenas. Bruma de cualquier tiempo.





11 - ARDIÓ MI MEMORIA




Yo vi a la mujer de los cabellos ondulados de sierpes bajar corriendo por la ladera hacia los llanos donde la fiesta silva.

Yo vi los brillos en el borde de las copas durante aquella noche.
Yo vi a los hombres, dura piel morena, en el temblor lejano del polvo de la pista.

Vi flotar herrumbre de rejones en un instante que clava y se gira a mirarte. Supe del metálico rugido de motores en su efímera carrera hacia el confín del horizonte.

Ardió mi memoria y el mundo bosque en llamas calcinó despechos, traiciones, deslealtad.

Mentí y me mentiste y me sentí caleidoscópico insecto:
Polvo y alas rotas en el temblor de una partícula de nada.

¿Por qué si no te pertenezco pienso en ti? ¿Por qué si no habitamos multitudes me dejas solo? ¿Por qué si no te pertenezco estás en mi?

Vi barbados hombres cabalgar monstruos de acero rodantes, anclar y resoplando morir por unas horas al desmayo del sueño.

Vi luces, puertas entreabiertas al cerrarse, escuché extraviadas risas; murmullos, jadeos y el anuncio de un día negro que nacía. (Tormenta de mares de lágrimas).

Te vi flotar, herrumbre de rejones en un instante que pasa y te giraste a mirarme.

Supe en tu quejido, carne insomne, de mi efímera carrera hacia el confín del horizonte.

Ardió mi memoria y el mundo bosque en llamas calcinó despechos, traiciones, deslealtad.

Mentí y me mentiste y me sentí caleidoscópico insecto:
Polvo y alas rotas en el temblor de una partícula de nada.

¿Por qué si no te pertenezco pienso en ti? ¿Por qué si no habitamos multitudes me dejas solo? ¿Por qué si no te pertenezco estás en mi?

Ardió mi memoria y el mundo bosque en llamas... Ardió mi memoria.




12 - EN UN ESTANQUE DE LIBÉLULAS




Mi amor flota con nenúfares es un estanque de libélulas azules.
El tuyo es un trío de golondrinas en un bosque de papel.
Centellas negras atravesando nubes.

Mi amor será agua del vapor de un barco, carboncillo el tuyo. Pulido anaquel para colgar platos.

Para colgar platos con lindos dibujos de árboles floridos. Para nuevas noches cálidas de olvidos.

El amor es de luz que pasa por ojos de puente romano.
Luz cambiante que acarició sus sillares con las manos que los tallaron.

Nuestro amor es busto de arcilla de bella liberta con pendientes.
Es de hojas blancas de té de aromas húmedos de los orientes.

Mi amor flota con nenúfares es un estanque de libélulas azules.
Castillo es, tejado de golondrinas en un bosque de papel.
Abandonadas ruinas bajo las nubes.

El arpa da notas, trémula de rosas, y en tu breve boca refila la flauta, viruta de brozas.

De broza de rizos, limaduras de ángel. De tu aliento dulce mazapán en bucles y anisillo en gotas.

Quemaré desde hoy mis rastrojos a diosas terrenales y en noches sin luna, candiles votivos de buenos deseos a los nuevos amores.

No será más, mi amor, mano firme de anillo de mimbre ajustado.
Ya por siempre será de fierro argentino. Su vaina de cuero gastado.




13 - SI TE VIENES CONMIGO




Quiero un amor que cubra con teja de cañón esta herida abierta.
Un amor compadre y jaranero que me abra los ojos y cierre para siempre aquella puerta.

Si te vienes conmigo.
Si te vienes conmigo pararemos a la vera del camino para ver los árboles vestirse de hojas.

Si te vienes conmigo volaremos confundidos entre jilgueros y rosas.
Quiero un amor que cubra con teja de cañón esta descubierta.
Un amor perdido y dominguero que me abra los ojos y cierre para siempre aquella puerta.

Si te vienes conmigo.
Si te vienes conmigo pararemos a la vera del camino para ver los árboles vestirse de hojas.

Si te vienes conmigo volaremos confundidos entre jilgueros y rosas.

Si te vienes conmigo.
Si te vienes conmigo partiremos sin destino hacia algún lugar perdido. Seremos ácratas de bajo consumo.

Devoradores de libros de bolsillo. Literalmente. La rosca desgastada del beso de tornillo.

Insatalados en un tiempo variable, hablar por hablar, hablar por hablar, no hablaremos más, no hablaremos más.

Viviremos pletóricos en cincuenta metros cuadrados. Hipotecados. O realquilados.
O mejor, saltando, el que pudiendo quisiera, en zig-zag.
Inmoderados. O moderados. O inmoderadamente moderados.
O moderadamente inmoderados. O inmoderadamente inmoderados.

















14 - ÉRAMOS

Éramos, bajo un techo de hojas, gamos en el corazón del bosque;
Hierba fresca que jamás sería hollada.

Éramos jugosa y brillante hierba por la escarcha perlada.
Hoy no sé ni quién soy. Y hoy no sé ni a dónde voy.

Sólo si hay llama de amor vuelve la esencia. Sólo si la piel dormida despierta sabré quien soy, sabré hacia dónde voy.

Éramos la música en el murmullo de la corriente, el milagro del fuego, el terror al eclipse.

Laderas éramos, que eran mares de espigas en el suave oleaje de lo que éramos.

Hasta donde puede alcanzar la razón éramos, infinita cadena de azules quebradas.

Bruma, seno de una tierra virgen. Hasta donde andará el corazón, éramos.

Hoy no sé ni quién soy. Y hoy no sé ni a dónde voy.
Sólo si hay llama de amor vuelve la esencia. Sólo si la piel dormida despierta sabré quien soy, sabré hacia dónde voy.

Éramos primigenio mundo de abismos y luces. Paraíso calmo sin límites ni distancias.

En la profunda fronda, adormecidas fieras. Habitantes callados de las cavernas.

Desde donde se mueven la mano y el ojo éramos astil, pedernal y bronce. Luego rueda, muralla y silo.

Poco a poco, todo habría terminado. Éramos, éramos, éramos...



15 - DE LIBÉLULAS

Mi amor flota con nenúfares es un estanque de libélulas azules.

El tuyo es un trío de golondrinas en un bosque de papel.
Centellas negras atravesando nubes.

Mi amor será agua del vapor de un barco, carboncillo el tuyo. Pulido anaquel para colgar platos.

Para colgar platos con lindos dibujos de árboles floridos. Para nuevas noches cálidas de olvidos.

El amor es de luz que pasa por ojos de puente romano.
Luz cambiante que acarició sus sillares con las manos que los tallaron.

Nuestro amor es busto de arcilla de bella liberta con pendientes.
Es de hojas blancas de té de aromas húmedos de los orientes.

Mi amor flota con nenúfares en un estanque de libélulas azules.
Es un castillo, tejado de golondrinas en un bosque de papel.
Abandonadas ruinas bajo las nubes.

El arpa da notas, trémula de rosas, y en tu breve boca refila la flauta, viruta de brozas.

De brozas de rizos, limaduras de ángel. De tu aliento dulce mazapán en bucles y anisillo en gotas.

Quemaré desde hoy mis rastrojos a diosas celestiales y en las noches sin luna, candiles votivos de buenos deseos a los nuevos amores.

No será más, mi amor, mano firme de anillo de mimbre ajustado.
Ya por siempre será de fierro argentino. Su vaina de cuero gastado.




16 - LA ATUNARA - INSTRUMENTAL


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